Devocional Lunes 6 de enero de 2025.
Buenos días. Les saluda el pastor David Aranda en este lunes 6 de enero de 2025. El día de hoy estaremos meditando en el pasaje de Génesis 1:1-5.
La Biblia, ante la inquietud universal del origen del mundo y del hombre, proclama que todas las cosas creadas tienen su origen en Dios, único y exclusivo Creador. No presenta una crónica informativa ni detallada de la creación, sino la revelación de las verdades que en cualquier generación contestan las cuestiones específicas del hombre en su relación con Dios y con el mundo. La creación no es vista desde su origen hacia su desarrollo posterior como si fuera un tratado científico, se la mira desde su culminación para encontrar significado a la vida y al universo y rechazar toda otra explicación. Pongamos atención en esto, no nos debe interesar el cómo, sino quien, fue Dios quién creo los cielos y la tierra.
Los primeros versículos declaran que Dios es el Creador de toda la creación. Los actos creativos específicos siguen una estructura y orden: La palabra de Dios llamando a existencia, tan sólo por el poder de su palabra.
El verso 1 y 2 constituyen parte del fundamento de toda la fe bíblica ya que determina la relación correcta entre Creador y creación.
Hubo un principio para la creación, la cual no es eterna ni previa a Dios. Se refuta así el materialismo que intenta afirmar que la materia siempre existió y existirá. No sólo la creación tuvo principio, sino también tendrá fin para dar lugar a una nueva creación en la culminación del plan redentor de Dios (2 Ped. 3:7–13; Apoc. 21:1).
El Creador único y exclusivo es Dios. El verbo hebreo bara que se traduce creó se usa sólo en referencia a la actividad creadora propia, única y exclusiva de Dios y nunca a la del hombre o nadie más. En el v. 2 nos introduce a la presencia del Espíritu de Dios y en Juan 1:1–3 a la participación creadora del Verbo, Jesucristo, aclarando que la Creación es obra del Dios trinitario.
Dios es el Creador de todo lo que existe. La expresión los cielos y la tierra indica en lenguaje concreto todo lo que existe en la creación (Apoc. 4:11).
Dios crea de la nada ya que antes de su actividad creadora nada existía (Isa. 46:10; Heb. 11:3). Dios no necesita materia previa para crear. La actividad creadora de Dios debe verse además en contraste con la condición de la tierra previa a los actos creativos de Dios. Sin orden y vacía significa concretamente lo opuesto a la existencia. Tinieblas y aguas representan el caos o confusión y el desorden que hacen imposible existencia alguna. Al crear de la nada se afirma las dos únicas y diferentes dimensiones de existencia: Creador y creación.
En el primer día, Dios creó luz para eliminar las tinieblas que cubrían la faz de la tierra. La luz apareció sólo porque él lo ordenó: “Sea la luz, y fue la luz”. En el salmo 33, testimonio elocuente del poder creador de la divinidad encontramos en el versículo 9 las siguientes palabras alusivas: “Porque él dijo, y fue hecho; él mandó y existió”. Algunos aseveran que era imposible tener luz en el primer día de la creación, porque el sol no fue creado sino hasta el cuarto día. Pero ¿no es lógico pensar que aquel que es la luz puede alumbrar al mundo entero sin otra fuente lumínica?
Dios calificó de “buena” a la luz que había creado y separó la luz de las tinieblas. También les puso nombre. Llamó a la luz “día” y a las tinieblas “noche”.
Las religiones basadas en la astrología están de moda. Se basan en la creación errónea e idolatra de que los astros son divinidades y tienen poder sobre la vida de las personas y eventos. Querido hermano y amigo que escuchas este devocional, todo seguidor de Cristo y adorador del Dios creador de todas las cosas debe alejarse por completo de la astrología, que es el estudio de la posición y el movimiento de los astros para predecir el futuro y conocer la personalidad de cada individuo. La biblia claramente afirma que los astros fueron creados por Dios, por el poder de su palabra, no para dirigir el destino de los hombres, sino para la gloria de Él.
Oremos: Padre Eterno y Creador de todas las cosas, gracias, Señor porque creo firmemente en que por el poder de tu palabra creaste todo el universo. Sólo tú eres digno de recibir la gloria y la honra. Tú eres quien tiene el control de mi vida, y nada fuera de tu soberanía controla el destino de mi vida o mi día a día. Tu Señor eres mi creador y mi sustentador, te alabo esta mañana por que eres bueno y omnipotente. Tolo lo puedes Señor y nada hay fuera de ti que no controles en este mundo. En el nombre de Jesús, Amén.
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