Devocional miércoles 2 de enero 2025.
Buenos días. Les saluda el pastor David Aranda en este jueves 2 de enero de 2025. El día de hoy estaremos meditando en el pasaje de Génesis 3:15-17.
Dios provee el medio de salvación.
Hay preguntas que nos pueden incomodar, como las siguientes: ¿Por qué existe la maldad en el mundo? ¿Por qué tanta inseguridad y violencia en nuestro derredor? ¿Por qué la gente muere de cáncer? ¿Por qué los terroristas ponen bombas en aeropuertos, matando y mutilando a inocentes transeúntes? ¿Por qué siguen aumentando las estadísticas de divorcio? ¿Quién pondría deliberadamente a un hombre en contra de otro, a un esposo contra su esposa, a un gerente en contra del empleado, al obrero en contra de su patrón, a una nación en contra de otra? Desde luego que Dios no concibió esta forma de vida en la tierra.
Esta maldad empezó cuando uno de los ángeles de Dios se rebeló contra el Creador. Como este ángel malo comprendió que era incapaz de hacerle daño a Dios, mostró la mentalidad de un terrorista al tomar rehenes inocentes. Génesis 3 narra la historia trágica de cómo este ángel malvado logró apartar de Dios a los hijos que el Creador había formado.
El capítulo 3 nos da la única respuesta, aunque incompleta, a la pregunta: “¿Por qué existe la maldad en el mundo?”
A partir del verso 1 podemos ver como la serpiente le dijo a la mujer: “¿Conque Dios os ha dicho?” ¿Quién está hablando aquí? Por supuesto que satanás. El Señor Jesús identificó la fuerza demoníaca en la serpiente cuando les dijo a sus opositores judíos: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo… Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él… pues es mentiroso y padre de mentira” (Juan 8:44). Apocalipsis 12:9 y 20:2, también llaman a Satanás “la serpiente antigua”.
Lo primero que notamos de Satanás es que se disfraza de ángel de luz para hacer de las suyas. Fingió estar interesado en el bienestar de Eva. El diablo no le dijo (como tampoco nos lo dice a nosotros): “Ven, te voy a enseñar a pecar”. Lo que sí dice es: “Déjame ayudarte para que tu vida sea más feliz y emocionante. ¿Por qué habría de poner esta hermosa fruta en el árbol, (algo tan delicioso y agradable a tu carne) si se supone que no puedes comerla?
Eva debió haber rechazado inmediatamente la insinuación de satanás de que Dios no era fiel a sus hijos. Esta conversación le iba a salir muy cara a Eva; terminaría pagando un precio muy alto por ella.
Antes de considerar la respuesta que Eva le dio a Satanás, tal vez podríamos preguntar: “¿Qué razón pudo tener Dios para permitir que sus criaturas más altas fueran tentadas? Si no le hubiera permitido al diablo tentar a Eva, ¿se hubiera podido evitar la tragedia de la caída en el pecado?” Pero debemos considerar que al permitir que sus criaturas fueran tentadas, Dios les estaba dando otra oportunidad para glorificarlo; en este caso, eligiendo conscientemente el bien donde existía también la posibilidad de escoger el mal.
Esta es la mentira que uso Satanás: “Realmente Dios y su voluntad no son buenos. Él sabe que cuando ustedes coman del fruto serán iguales a él, y él no quiere eso.”
Satanás sembró dos semillas venenosas en el corazón de Eva: en primer lugar, la persuadió de no tomar a Dios muy en serio; en segundo lugar, hizo que dudara de la bondad divina.
Génesis 3:15-17
Mientras se pronunciaba la maldición de Dios sobre la serpiente (vv. 14–15), la referencia apunta claramente a la venida de Uno que vencería a la serpiente. El versículo 15 es identificado como la primera predicación del evangelio en el sentido de “buena noticia” que apunta a la venida de Cristo.
El golpe de su talón se refiere a los sufrimientos de Cristo, que no fueron más que el preludio de su victoria y resurrección definitivas (Gn 3:15). El golpe en la cabeza de la serpiente, sin embargo, fue claramente una herida mortal y, por tanto, profética de la derrota final de Satanás.
Oremos: Padre Eterno y Santo, gracias Señor, porque desde la creación del mundo tu ya habías intervenido dando un medio de salvación a mi pecado. Gracias porque enviaste a tu hijo Jesucristo a morir en la cruz para darme vida y vida en abundancia. Te ruego me ayudes a identificar cuando Satanás quiere tentarme. Ayúdame a permanecer en ti para caminar en santidad. En el nombre de Jesús, Amén.
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