Devocional viernes 31 de enero 2025.
Buenos días. Les saluda el pastor David Aranda en este viernes 31 de enero de 2025. El día de hoy estaremos meditando en el pasaje de Génesis 4:25 y 26.
En esta breve descripción de los descendientes de Set, los setitas, rama de la familia de Adán, hay un marcado contraste con los cainitas que Moisés acaba de describir como descendientes de Caín. Jehová les dio otro hijo a Adán y Eva, Set, para ocupar el lugar de Abel. A diferencia del vanidoso y blasfemo Lamec, que se vanaglorió de lo que era, Eva le dio toda la gloria a Dios por haberla bendecido con otro hijo.
Génesis 4 comienza con la relación bíblica del linaje de Caín. La historia de esta rama de la familia de Adán comienza con un asesinato premeditado y termina con un poema que glorifica la violencia y una sangrienta sed de venganza. Está claro que éste no podía ser el linaje prometido por Dios para la salvación de la humanidad. Por causa de su impiedad, esta primera y brillante civilización fue destruida en el gran diluvio. Génesis 4 termina con el registro de los setitas, rama de la familia de Adán, linaje del cual descendió el Salvador. A partir de aquí, el libro de Génesis describe la historia sólo de la rama setita.
Según la cronología bíblica (5:3), Adán tenía 130 años cuando nace su hijo Set para substituir a Abel en la continuación de la humanidad. Al nacer un nuevo hijo, la madre le da nombre como manera de reconocer que Dios intervino para substituir a Abel. El nombre de Set significa "él estableció", "él fijó" y también "sustituto" o "reemplazo". Fue el tercer hijo de Adán y Eva que nació después que Caín mató a su hermano Abel.
El nacimiento de Set es importante porque en la descendencia de Adán el propósito de Dios para la humanidad tiene continuación, a pesar del crimen de Caín. El verso 26 nos enseña que esta descendencia de Set se centro en la adoración a Dios y no en la violencia y arrogancia. De acuerdo con la historia bíblica Jesucristo nació de la descendencia de Set (Luc. 3:38).
Oremos: Gracias Padre Santo por el día que nos permites ver y apreciar de tu creación. Me acerco a ti humillado, reconociendo tu amor y tu poder. Pero también reconociendo mi necesidad de ti. Perdóname, Señor mis pecados, mis faltas que cometo delante de ti. Ayúdame, Señor a vivir en Santidad en una vida de adoración diaria a ti. Que todo lo que yo haga te glorifique. Desecha todo lo que hay en mi vida y en mi corazón que no glorifique tu nombre. Que cada día mengue mi yo y tu Señor Jesús sea enaltecido, Amén,
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