top of page

Devocional 25 de febrero Génesis 15:7-21.


25 de febrero


Devocional martes 25 de febrero de 2025.

Buenos días. Les saluda el pastor David Aranda en este martes 25 de febrero de 2025.

El día de hoy estaremos meditando en el pasaje de Génesis 15:7-21.


Génesis 15 deja entrever el gran corazón de Dios buscando la manera de darle a Abram mayor seguridad. He aquí un anciano sin hijos pidiendo ayuda para creer la promesa de que sus descendientes iban a heredar la tierra de Canaán. Abram no hizo su petición con un espíritu de duda o incredulidad. Creyó en la promesa de Dios, pero quería estar más firmemente convencido. El amor de Dios encontró la forma de darle seguridad a su hijo.


Algunos eruditos de la Biblia separan los versículos 7–21 de los primeros seis versículos de Génesis 15. Según su punto de vista, estos eruditos consideran que la visión que Dios le concedió a Abram terminó en el versículo 6. Pero en el texto bíblico no hay ninguna indicación de ello. Parece que todo el capítulo forma una unidad. Por lo tanto, parece más probable que la fascinante acción que se describe en la segunda mitad del capítulo tuvo lugar en la visión que Jehová le dio a Abram.


A la puesta del sol, Abram escuchó la voz de Dios que le reafirmaba: “A tu descendencia daré esta tierra”. Dios incluso describió las fronteras (“desde Egipto hasta el Éufrates”) y mencionó a diez de las tribus cananeas que por su pecado habían perdido el derecho a vivir en la tierra y serían despojados de ella por los descendientes de Abram.


¿Cuál fue el propósito de que Dios hablara a Abram? Abram le había pedido a Dios una señal y Dios se la concedió en forma espectacular, dejando en claro su plan de salvación. La antorcha de fuego que simbolizaba la presencia de Dios mismo apareció sola moviéndose entre las partes del sacrificio. Es verdad que el pacto de Dios es un acuerdo entre dos partes, pero en este caso de ninguna manera las dos partes son iguales. Una parte asume todas las obligaciones, y la otra parte recibe todos los beneficios. Abram, por su parte, no prometió nada, no hizo nada ni tampoco dijo nada. Se limitó a ver lo que el Señor estaba haciendo, escuchó lo que él estaba diciendo, y creyó. Así es la gracia de Dios.


Oremos: Gracias Padre Santo porque eres tu quien ha hecho todo por darme salvación, yo no he hecho nada para ser salvo. Tu gracia ha sido derramada sobre todo aquel que cree en tu hijo Jesucristo. Así como Abram creyó en tu promesa, así nosotros recibimos tu gracia sin merecerlo.

 
 
 

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page