Devocional viernes 17 de enero de 2025.
Muy buenos días. Les saluda el pastor David Aranda en este viernes 17 de enero de 2025. El día de hoy estaremos meditando en el pasaje de Génesis 2:18-20.
Ya hemos dicho que Génesis 2 no es un segundo relato de la creación, sino que agrega detalles de la creación, detalles que necesitamos para comprender Génesis 3. Además, hemos aprendido acerca del huerto, del deleite, y de los dos árboles especiales. Ahora, Moisés nos da información histórica respecto de la mujer, figura clave en el relato de la caída.
Dios nunca tuvo la intención de que Adán viviera solo; en su opinión, esto “no era bueno”. Y por eso Dios creó a Eva. cuyo papel se describe como de “ayuda idónea para él”. Éste es el orden de la creación de Dios: el hombre fue designado para ser la cabeza; la mujer para ser su ayuda idónea.
Dios había creado animales de todas las especies y se los llevó a Adán para que les pusiera nombre. Por cierto, Adam: La palabra hebrea adam significa hombre, y se emplea también como nombre propio Adán, referente al primer hombre. Esta palabra hebrea proviene de “Adamah”, que significa “tierra fértil”.
Mientras Adán elegía nombres apropiados para cada uno de los animales y las aves, se dio cuenta de que cada uno tenía su pareja. No tenía a nadie con quién compartir el gozo de vivir en el paraíso; fue entonces cuando Dios hizo que cayera en un sueño profundo. Mientras Adán dormía, Dios tomó un hueso de su cuerpo y mediante un acto creativo especial, formó (en hebreo: “construyó”) una mujer.
Adán, en sus primeras palabras registradas, expresó el gozo por el regalo de Dios que, al igual que él, fue creada a su imagen y semejanza (Génesis 1:27). La reacción de Adán hacia Eva muestra que él poseía la imagen de Dios. Aun cuando había caído en sueño profundo, comprendió de dónde había venido ella y la relación que tenía con él. Adán se regocijó por este regalo magnífico; estuvo de acuerdo con Dios en que ahora tenía una ayuda idónea para él en todos los aspectos.
El hombre recibió el poder sobre las criaturas y, como prueba de esto, les puso nombre a todas. Este hecho muestra además su discernimiento en cuanto a las obras de Dios. Aunque era señor de las criaturas, nada de este mundo era una ayuda idónea para el hombre. De Dios son todas nuestras ayudas. Si descansamos en Dios Él obrará todo para bien.
Por lo tanto, éste fue el primer matrimonio.
Oremos: Gracias Padre, porque sin duda tu eres mi proveedor y mi ayudador, mi pronto auxilio en la tribulación. Antes de que yo mismo pueda ver mi necesidad, tu ya la sabes Señor. Ayúdame a confiar Señor que toda mi vida está en tus manos, aunque parezca que no es así, aunque parezca que tu estás alejado de mi vida, dame la seguridad de que estás pensando en mí y trabajando en mi vida a través de las circunstancias. Tu sabes lo que es bueno para mi vida. Sólo tu sabes lo que mi alma necesita. Gracias por tu ayuda y provisión. En el nombre de Jesús, Amén.
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